November 2, 2015

ZAPPADOC

Publicado en Evaristo Cultural el 2 de noviembre de 2015


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Hace casi 22 años, después que un cáncer de próstata terminal acabó ganándole la pulseada que lo había tenido batallando por su recuperación desde hacía un largo tiempo, Frank Zappa se aseguró de partir de esta vida con la lograda medalla de haberse consagrado definitivamente como uno de los artistas más heterodoxos que puedan alguna vez recordarse. Francis Vincent Zappa Jr. no sólo fue figura clave a la hora de fusionar el rock con otros géneros musicales (jazz, clásica, etc.), sino que también consiguió dejar plasmado su sello como figura emblemática anti establishment y alterar a la clase pacata que, naftalina mediante, lo observaba con desdén. Zappa nunca logró ser tremendamente popular (al fin y al cabo no estaba entre sus principales aspiraciones serlo), pero sus roles combinados de guitarrista, compositor, arreglador y director musical terminaron convirtiéndolo en un artista único en su especie, un rara avis que, fuera de su aspecto mayormente excéntrico, contó con un talento inapreciable que, de no ser por una cuestión meramente cronológica, y basado en su variada (y extensísima) discografía, lo podrían haber situado a la altura de un compositor clásico con todas las letras. Distinto hubiera sido si en 1966 no hubiera lanzado su disco debut Freak Out! (cuando aún formaba parte de los estrafalarios Mothers of Invention), un trabajo de pura cepa avant-garde que destilaba todo tipo de variaciones electrónicas y orquestales, para luego continuar con We’re Only In It for the Money (Lo hacemos sólo por dinero), que parodiara directamente al Sgt. Pepper de los Beatles. Y ni mucho menos con álbumes de la talla deAbsolutely Free yCruising with Ruben and the Jets, o de Uncle Meat. Ya para entonces su persona era sinónimo de música subterránea, y con el paso de los años supo manejar a la perfección ese estatus underque lo caracterizó, en sana convivencia con el del virtuoso que gozaba quebrar límites, tomándose con todo el sarcasmo posible la sociedad establecida de su país, acaso su rasgo más característico, sin tampoco dejar de pregonar el libre discurso, la abolición de la censura, o el del involucramiento político.
En todo caso, en lo estrictamente musical, Zappa ha constituido una gran influencia en muchísimos guitarristas (tan sólo evocar el álbum triple Shut Up ’N Play Yer Guitar de los ‘80s), y que resultaron ser ejemplos primordiales de sus habilidades en el arte de la improvisación del instrumento. Motivos, entre tantos otros, por los que los zappómanos seguramente estarán de parabienes tras el reciente anuncio de la noticia que indica la realización de un nuevo documental, en esta ocasión oficialmente aprobado, sobre la vida y carrera del su artista de cabecera. Inicialmente planeado para ser lanzado en 2017, el proyecto, que aún se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo, estará a cargo del director Alex Winter (más recordado por su rol de actor en filmes como The Lost Boys o Bill & Ted) Un entusiasmado Winter declaró que “aún resta hacer un documental definitivo y autorizado sobre la vida y la obra extraordinaria de Frank Zappa. Estoy más que emocionado de poder embarcarme en esta travesía. Estará relatado por las propias palabras de Frank, que será nuestro guía a lo largo de este viaje” Hasta su anuncio hace unos pocos meses atrás, el proyecto iba a contar con la supervisión general de Gail, la esposa de Zappa, pero su reciente muerte el pasado 7 de octubre sugiere que sean entonces sus hijos Dweezil, Moon Unit, Diva y Ahmet, que poseen los derechos completos sobre la obra del músico, así como los de las ediciones de discos lanzadas post-mortem, quienes terminen encargándose de la tarea, evitando una inmerecida postergación. “No es una historia fácil de contar”, señaló su hijo Ahmet. “Y confiamos en que Alex verdaderamente comprenda al hombre complejo y multifacético que fue mi padre”.

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